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Perro descubre horror en maleta abandonada ¡Lo que encontraron los funcionarios dejó a todos impactados!

Cuando un perro de seguridad identificó una maleta sospechosa en un aeropuerto, los funcionarios decidieron que iban a inspeccionarla. Sin embargo, lo que vieron al abrirla les impactó de sobremanera. El aeropuerto de Manila, o Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino, como se le conoce propiamente, se inauguró en 1948. Entonces era un aeropuerto pequeño, pero con los años se ha convertido en algo enorme y expansivo. La razón es que el aeropuerto recibe 2,5 millones de pasajeros al año en su bala internacional y cinco millones en su bala nacional. Esto significa que hay mucha gente recorriendo las distintas terminales y vestíbulos.

Ante la posibilidad constante de que se produzcan delitos o actividades ilegales, todas estas personas y sus equipajes deben ser controlados y supervisados las 24 horas del día, siete días a la semana. Para un agente de seguridad, trabajar en un aeropuerto tiene sus altibajos. No es un juego de palabras, podían pasar semanas enteras en que no ocurriera nada interesante o emocionante. Solo veías un sinfín de caras que se iban de vacaciones y volvían. Todos llevaban en el equipaje las cosas habituales mundanas y esenciales que uno suele llevar cuando viaja, por lo que no había nada emocionante en ellas.

Manny era uno de esos agentes de seguridad. Llevaba más de 30 años haciendo su trabajo y lo había visto casi todo. Sí, había los habituales momentos de calma en los que no ocurría nada interesante, pero, en cierto modo, Manny agradecía esos momentos. Significaban que nada iba mal y que no había peligro. Pero a veces las cosas no eran tan tranquilas. De hecho, Manny había visto de todo mientras trabajaba. Había observado a personas que intentaban introducir y sacar drogas del país. También había encontrado grandes fajos de billetes que la gente intentaba llevar ilegalmente de un lugar a otro. Había frustrado complots, detenido sospechosos que huían e incluso abordó y se enfrentó a pasajeros poco cooperativos y algo despiadados. No cabe duda de que el trabajo de Manny entrañaba riesgos, pero era lo que él apreciaba. Sabía que estaba marcando la diferencia y manteniendo seguro el aeropuerto de Manila y, por extensión, los otros aeropuertos de todo el mundo.

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