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Revive Tu Cabello Maltratado con Este Acondicionador Casero de Sábila

En este artículo, aprenderemos cómo preparar un acondicionador casero de sábila, ideal para todo tipo de cabello, especialmente aquellos que han sido expuestos a procesos químicos como tintes, decoloraciones y permanentes. Este acondicionador es totalmente orgánico y fácil de hacer con ingredientes que podemos encontrar en nuestra casa. A continuación, presentamos una guía detallada sobre cómo preparar este tratamiento natural para recuperar la vitalidad de tu cabello.
Primero, necesitas conseguir los ingredientes: sábila, un acondicionador de tu elección y aceite de coco extra virgen. La sábila es conocida por sus propiedades beneficiosas para la piel y el cabello, mientras que el aceite de coco es ideal para nutrir profundamente las hebras capilares. Asegúrate de tener también un cuchillo grande y una licuadora o utensilio para moler.
Preparación de la sábila
Lo primero que debes hacer es pelar la sábila. A continuación, te damos el proceso paso a paso:
- Consigue dos hojas grandes de sábila y lávalas bien para eliminar cualquier suciedad.
- Corta los bordes espinosos de la sábila con un cuchillo grande para evitar lastimarte.
- Parte las hojas de sábila en pedazos pequeños.
- Usa una cuchara para raspar la pulpa de la sábila. Esta pulpa es lo que utilizaremos en nuestro acondicionador.
- Asegúrate de que la pulpa esté bien limpia y sin trozos grandes que puedan ser difíciles de lavar del cabello.
Preparación del Acondicionador
Una vez que tienes la pulpa de la sábila lista, puedes proceder a preparar el acondicionador casero. Sigue estos pasos:
- Coloca toda la pulpa de la sábila en un recipiente.
- Agrega 650 mililitros de acondicionador de tu elección al recipiente. Este debe ser de preferencia de una marca buena para obtener mejores resultados.
- Añade tres cucharaditas de aceite de coco extra virgen. Este aceite debe estar en forma de crema y puede ser espeso, pero no te preocupes, se mezclará bien.
Después de agregar todos los ingredientes, es momento de mezclar. Utiliza una licuadora o un utensilio para moler la mezcla hasta obtener una consistencia suave y homogénea. Asegúrate de que no queden grumos para que la aplicación sea más fácil y efectiva.
