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Asombroso encuentro: Hombre alimenta águilas calvas y captura depredadores en vídeo

La majestuosidad de las águilas calvas es indiscutible. Estas aves, símbolos de libertad y poder, han fascinado a la humanidad durante siglos. Su presencia en el cielo es un espectáculo que invita a la reflexión sobre la naturaleza y nuestra relación con ella. En este artículo, exploraremos la vida de las águilas calvas, su importancia en los ecosistemas y cómo su interacción con los seres humanos ha evolucionado a lo largo del tiempo.

El Águila Calva: Un Icono de la Fauna Silvestre

Majestuosa águila calva
El águila calva planea, majestuosa, sobre el vasto lago azul.

El águila calva (Haliaeetus leucocephalus) es una especie que habita principalmente en América del Norte. Con una envergadura que puede superar los 2 metros, estas aves son reconocibles por su distintiva cabeza blanca y cola, contrastando con su cuerpo de plumaje marrón oscuro. A pesar de su nombre, las águilas calvas no están desprovistas de plumas en la cabeza; el término «calvo» es una derivación de una palabra antigua que significa «blanco».

Estas aves rapaces se encuentran en la cima de la cadena alimenticia y juegan un papel crucial en el control de poblaciones de peces y otros animales pequeños, lo que ayuda a mantener el equilibrio ecológico. Además, su presencia indica la salud del ecosistema en el que residen, ya que requieren un hábitat limpio y abundante en recursos para prosperar.

Interacción con los Humanos

Humano fotografiando el águila calva
En la cima de un pino, el águila observa atenta su próximo vuelo

La relación entre las águilas calvas y los humanos ha sido compleja. Históricamente, estas aves han sido cazadas por su plumaje y, erróneamente, por la creencia de que representaban una amenaza para el ganado y las pesquerías. Sin embargo, con el tiempo, la percepción ha cambiado, y ahora son protegidas por leyes de conservación en muchos países.

En la actualidad, las águilas calvas atraen a turistas y aficionados a la naturaleza, quienes buscan capturar su majestuosidad con cámaras en lugar de armas. Los programas de reintroducción y conservación han permitido que sus poblaciones se recuperen, y hoy en día, el águila calva es un símbolo de los esfuerzos de conservación exitosos.

El encuentro de Kevin con un águila calva

Águila calva sosteniendo su presa
Con garras poderosas, el águila asegura su presa en la tranquila mañana.

Kevin había instalado su cámara en un campo, recogiendo imágenes de los numerosos alces que habían sido liberados en el Parque Histórico Nacional de la Isla de San Juan en Friday Harbor, Washington. Mientras veía a un pequeño zorro que no podía tener más de unos meses de edad cumpliendo con su deber con un conejo del tamaño de su cabeza aprisionado entre sus mandíbulas, la atención de Kevin se despidió repentinamente cuando oyó el inconfundible grito de un águila calva que venía por detrás. Y como estaba bastante familiarizado con las águilas calvas, ya que había escrito un libro titulado «El Año del Águila», no tenía ninguna duda de lo que estaba a punto de ocurrir.

El águila se abalanzó y cogió el conejo directamente de las fauces del zorro, y voló para disfrutar de la sabrosa cena. Lo que ni Kevin ni el águila esperaban era la gran fuerza de voluntad de este joven y aguerrido zorro, que se aferró a su vida mientras se elevaba casi seis metros en el aire. Podría haber sido la valentía y la terquedad lo que hizo que el zorro se aferrara con fuerza, o bien el miedo a la enorme caída que se produciría si decidía soltar el conejo. Desgraciadamente, nunca lo sabremos. Pero se aferró, a pesar de los esfuerzos del águila que claramente intentaba deshacerse del indeseado pasajero.

En un acto de generosidad, el águila regresó en círculos al campo, esperando estar un poco más cerca del suelo antes de sacudirse al zorro bebé. El único daño causado fue en el orgullo del pobre zorro, y supongo que al conejo tampoco le fue muy bien.

Las águilas calvas continúan inspirando a las personas a valorar y proteger la naturaleza. Su existencia es un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas y de la responsabilidad que tenemos para con ellos. Al observar a estas águilas, no solo vemos un depredador en acción, sino también un emblema de la naturaleza indómita que aún persiste en nuestro mundo moderno.

El video original puedes verlo pinchando AQUÍ

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