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9 síntomas sigilosos y peligrosos: ¿Ácido úrico elevado? ¡Alerta de posible gota!

El tratamiento para la hiperuricemia y la gota puede incluir cambios en la dieta, medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico y aliviar los síntomas, y medidas para prevenir la formación de cálculos renales.

El ácido úrico es una sustancia química presente en nuestro organismo, que se adquiere a través de la ingesta de ciertos alimentos como el hígado, las anchoas, los frijoles y las arvejas, entre otros. Cuando los niveles de ácido úrico en la sangre exceden los límites normales, se desarrolla una afección conocida como hiperuricemia, que puede desencadenar diversos síntomas y enfermedades, como la gota.

De acuerdo con los especialistas, la concentración de ácido úrico en la sangre debería oscilar entre 3.5 y 7.2 miligramos por decilitro. No obstante, este valor puede variar ligeramente dependiendo del laboratorio. Cuando los niveles de ácido úrico sobrepasan este rango, se forman precipitados tisulares en forma de cristales en varias partes del cuerpo, provocando una serie de síntomas.

Un estudio epidemiológico llevado a cabo en los Estados Unidos y publicado en la revista Arthritis and Rheumatism reveló que más del 21% de los hombres y más del 2% de las mujeres padecían hiperuricemia y gota. Además, en las últimas dos décadas, estas cifras han mostrado un incremento, lo que representa una señal de alerta para la población.

A continuación, se enumeran los 9 síntomas silenciosos de un nivel elevado de ácido úrico y posible gota:

1. Inflamación de las articulaciones

Inflamación de las articulaciones
La inflamación de las articulaciones puede ser un signo de altos niveles de ácido úrico, causando dolor y enrojecimiento.

Cuando hay un exceso de ácido úrico, este puede depositarse en las articulaciones, en particular en la base del dedo gordo del pie o en la articulación metatarsofalángica. En tales casos, el individuo puede sufrir episodios de dolor agudo, inflamación y enrojecimiento en la articulación comprometida. Esto puede restringir la movilidad y generar un considerable malestar.

2. Fiebre

Persona con fiebre
La fiebre puede acompañar a los ataques de gota, una condición causada por el exceso de ácido úrico.

La hiperuricemia y la gota pueden manifestarse con fiebre y escalofríos. Estas fluctuaciones de temperatura corporal pueden ser más habituales durante o tras un episodio de gota. Además del fuerte dolor articular, el paciente puede experimentar escalofríos y fiebre, lo que agrava el cuadro clínico.

3. Cansancio y fatiga

Persona con cansancio y fatiga
El cansancio puede ser un síntoma indirecto de altos niveles de ácido úrico, ya que el cuerpo está luchando contra la inflamación.

Un nivel elevado de ácido úrico puede obstaculizar el traslado de nutrientes y oxígeno a través del torrente sanguíneo hacia los diversos órganos y tejidos del organismo. Esto puede resultar en debilidad, agotamiento y fatiga, dado que las células no obtienen los nutrientes y el oxígeno requeridos para su adecuado funcionamiento.

4. Protuberancias debajo de la piel

Persona con protuberancias debajo de la piel
Las protuberancias debajo de la piel, conocidas como tofos, pueden formarse debido a la acumulación de cristales de ácido úrico.

Conforme el ácido úrico se deposita en las articulaciones, pueden surgir bultos o nódulos firmes y perceptibles al tacto, conocidos como tofos. Estos tofos pueden manifestarse en los codos, las puntas de los dedos, la curva superior de las orejas y otras zonas del cuerpo. En ciertos casos, los tofos pueden exudar una sustancia de color blanco y provocar dolor en las articulaciones implicadas.

5. Rigidez articular

Persona con rigidez articular
La rigidez articular puede ser un resultado de la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones.

Las personas con gota crónica o que han padecido múltiples episodios de gota pueden experimentar rigidez articular. Esto se atribuye al daño ocasionado por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, lo que restringe el movimiento y complica la ejecución de tareas diarias.

6. Problemas gastrointestinales

Persona con dolor de barriga
Los problemas gastrointestinales, como la indigestión y el malestar estomacal, pueden ocurrir si el ácido úrico está elevado.

Un nivel elevado de ácido úrico también puede desencadenar complicaciones gastrointestinales como náuseas, vómitos y alteraciones digestivas. Estos síntomas generalmente no se alivian con medicamentos y pueden continuar hasta que los niveles de ácido úrico en la sangre disminuyan. Además, algunos fármacos empleados para tratar la inflamación de las articulaciones en la gota pueden generar efectos adversos gastrointestinales.

7. Picazón y descamación de la piel

Un nivel excesivo de ácido úrico puede generar sequedad cutánea, lo que puede desencadenar prurito y descamación en las manos y los pies. Esta descamación es particularmente intensa en los tofos intradérmicos, que son acumulaciones de tejido blando alrededor de las articulaciones. Además, los niveles elevados de ácido úrico pueden perturbar la microvasculatura de la piel, lo que conduce a síntomas inflamatorios y a un deterioro de la calidad de los tejidos y órganos.

8. Dolor en la parte baja de la espalda

Persona con dolor en la parte baja de la espalda
El dolor en la parte baja de la espalda puede ser un signo de cálculos renales causados por altos niveles de ácido úrico.

Además de las articulaciones, un nivel elevado de ácido úrico puede perjudicar los riñones y propiciar la aparición de cálculos renales. Estos cálculos pueden bloquear el paso de la orina y generar dolor y malestar en la zona baja de la espalda o en el área abdominal. También pueden extenderse a otras regiones como la ingle, los testículos en los hombres y los labios mayores en las mujeres.

9. Dificultad al orinar

Si se forman cálculos renales debido a la acumulación de ácido úrico en los riñones, es probable que también se experimente dificultades al orinar. Este síntoma puede ir acompañado de sensación de ardor, incremento en la frecuencia de las micciones y la presencia de sangre o fragmentos de cálculos en la orina. Además, la orina puede volverse turbia o tener un olor desagradable debido a la presencia de ácido úrico.

Si experimentas cualquiera de estos síntomas, es importante que acudas a un médico para realizar un historial clínico completo y determinar los posibles factores de riesgo. También se pueden realizar análisis de sangre y orina para evaluar los niveles de ácido úrico y el funcionamiento de los riñones. El tratamiento para la hiperuricemia y la gota puede incluir cambios en la dieta, medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico y aliviar los síntomas, y medidas para prevenir la formación de cálculos renales.

El video original puedes verlo pinchando AQUÍ

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